En numerosas ocasiones me llena de orgullo "ser español", y los abundantes éxitos de nuestros deportistas en las últimas décadas contribuyen en gran medida a este placentero sentir. Nadal, Gasol, Casillas, Iniesta, Alonso, Lorenzo, Contador (sí, también Contador, aunque ahora esté bajo sospecha -espero que infundada- de dopaje), y un largo etcétera de campeones que forman ese magnífico elenco, tienen buena parte de culpa de que muchos nos sintamos eufóricos por los triunfos con apellido español.
Pero, además, hay personas como la joven de esta fotografía, Lorena Guerrero Sevillano, santanderina de 27 años, criada en Granada y profesora del Instituto de Aguadulce durante el pasado curso, que me hacen sentir infinitamente más orgulloso de nuestro pueblo: ella y otras tres voluntarias españolas fallecieron en accidente de tráfico en la región de Cuzco, Perú, el día seis de julio de este año, cuando nosotros nos encontrábamos celebrando la victoria de España sobre Alemania en las semifinales del Mundial de Fútbol.
Mientras numerosos granadinos salían a las calles pletóricos de alegría pitando, gritando, cantando, la familia de Lorena estaba recibiendo la tremenda noticia de la muerte de su jovencísima hija.
El triste suceso pasó prácticamente desapercibido en aquellos días en que la actualidad se centraba en la resaca de las celebraciones de los éxitos de nuestra selección de fútbol.
Así que hoy, meses después, deseo rendir un modesto homenaje con estas líneas de reconocimiento a tantas españolas y españoles que -sin alcanzar ni por asomo la fama de nuestros deportistas de élite- hacen de éste un gran país y un gran pueblo.
Yo también me siento orgulloso de estas españolas y españoles, anónimos pero universales
ResponderEliminarocurrio hace ya muchos meses . Yo me siento orgullosa de ella, era mi sobrina y sé que ella era así ,generosa, y básicamente muy buena niña, por eso la siento tan cerca y me apena tanto su partida, el dolor que hemos pasado , a veces el no comprender una muerte tan absurda ,la impotencia que hemos sentido, la depresión, el dolor de no comprender que ha pasado y el por qué. Después de llorar, de patalear, de no comprender el motivo de su viaje a Perú, al final he aprendido que he de respetar, aunque me duela, que ella lo quiso así, que se entregó a una causa noble, que murió haciendo lo que más la gustaba , que era ayudar a los demás. Lo respeto, aunque me duela de una forma brutal, yo la tuve entre mis brazos cuando nació,ella y a su hermano mellizo, los adoré,, siento que la vida nos ha timado pues eran muchas las esperanzas en estos chicos jovenes... no sé me puede el dolor de haber perdido a una sobrina maravillosa y de ver sufrir a sus padres y hermanos, de palpar su falta, de llorarla cada día, de extrañar su presencia, de todo , nos hace tanta falta Lorena como a la gente que fue a ayudar a Perú. Creo que me moriré sin aceptara tu muerte mi niña.
Eliminar